Entre sus capítulos recalcitrantes existe una tensión entre la progresiva modernidad y la alteridad de un conocimiento romántico. En esta tensión, concentrándose en los paisajes codificados con nociones místicas de la historia tanto geológicas como mágicas, que la exhibición busca atravesar. El Monarca Oscuro examinará críticamente a la magia como la contraparte al conocimiento liberal de la transparencia moderna y el progreso racional. La muestra se centrará en las formas en las que las formas mágicas de fe y escepticismo, revelación, y el ocultamiento suplementario entre cada uno. Aquí, la magia es designada como un campo conceptual –compartida con las nociones de fetichismo, brujería, lo oculto, el tótem, el mana, y el tabú- que fueron predominantemente creados para definir la antítesis de la modernidad. Es una producción de ilusión y desilusión que fue pensada para retroceder y desaparecer a través de la secularización. Las obras en exhibición confrontarán el sentimentalismo, la poética, o las tendencias voluntarias que fueron excluidas, tendencias que fueron enjaezados por visiones románticas que se convirtieron en fundamentales para los caprichos de la estética de la ruina.

El Monarca Oscuro sostiene que la magia pertenece a la modernidad, revelando las correspondencias y nostalgias por las cuales lo mágica puede venir a atormentar a la modernidad. El Monarca Oscuro reza por ser una constelación que evoca y funde lo real con lo imaginario: dibujo automático, esculturas de cera, collages botánicos, bustos esotéricos, imaginería apropiada, y filmes evocativos son manipulados con efectos de transformación a través de las generaciones del arte británico. La muestra atravesará los puntos históricos en los cuales los artistas disfrutan de degradar lo conocido y lo perverso de una cultura racional. La exposición y los eventos relacionados tejerán juntos los ficciones interconectadas que formar un paisaje de conexiones rotas. La señalización del camino poseerá obras que conspirarán para formar un arrastre entrópico que define un territorio agitado de conocimiento romántico, un conocimiento que busca confrontar a la laguna, la ficción ausente en el corazón de la novela de Berlin.

Realizado desde archivos y trabajos de la colección del Tate por artistas históricos y contemporáneos, así como por un número de préstamos, la exposición realineará la influencia del modernismo temprano, y la reaparición del neo-romanticismo y referencias misteriosas, en un hilo significante de prácticas artísticas internacional actuales.