La Fundación Gala-Salvador Dalí presentó su última adquisición del pintor Surrealista: un dibujo realizado en carbón y pasteles titulado ‘El Piano Surrealista’, el cual puede ser visto en Púbol (Girona) hasta el 30 de Septiembre.
Desde 1991, la Fundación Dalí ha emprendido un extenso programa de adquisiciones, que ha añadido más de 300 obras de arte a la colección. La cantidad de adquisiciones se elevan a los 30 millones de Euros y este dinero fue generado de sus propias operaciones.
La Fundación Gala-Salvador Dalí adquirió el trabajo en una subasta realizada en el Christie’s de Londres el 23 de Junio de 2009. La obra había pertenecido previamente a los Hermanos Marx y su precio final fue de 310.000 Euros.
Cuando Dalí retornó a los Estados Unidos en 1936, lo hizo para participar en la exhibición antológica de ‘Arte Fantástico Dadá y Surrealismo’, organizado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York así como para su exposición individual en la Galería Julien Levy. En sus declaraciones, Dalí no esconde la fascinación que siente por los trabajos de los Hermanos Marx, y más concretamente, por la figura de Harpo Marx, a quien quiere pintar. Harpo Marx invitó a Dalí a pintarlo, como puede ser leído en este mensaje telegráfico que envió al pintor el 31 de Enero de 1937:
‘Querido Salvador Dalí: he recibido un telegrama de Jo Forrestal diciendo que estás interesado en mí como una víctima. Fascinado con la idea. La película que estoy filmando fue finalizada hace seis semanas. Si vienes al Oeste, estaría feliz de ser pintado por ti. Tengo una contrapropuesta: ¿Posarías para mí mientras yo poso para ti? Feliz año nuevo de un gran admirador de La Persistencia de la Memoria’.
Así fue como, en Enero de 1937, Dalí viajó a la Costa Oeste. Previamente, él le había enviado al actor un arpa, y fue de esta manera que ambos aparecieron –uno tocando el arpa y el otro tomando notas- en el Examiner de Los Ángeles en Febrero de 1937. Durante los recreos de la filmación de ‘Un día en las Carreras’ de los Hermanos Marx, escribió con Dalí el guión de una película que duraría 30 minutos, y de la cual hay ciertas notas, una sinopsis tipeada y varios bocetos. ‘El Piano Surrealista’, el trabajo presentado recientemente es uno de ellos.
‘El Piano Surrealista’ incorpora varios temas típicos dalineanos, desde el árbol ciprés fálico evocador de la Isla de los Muertos de Böcklin estallando a través de un piano, hasta la figura de una mujer desnuda con la cara de un reloj. El escenario que describe la imagen es el abrazo de la ‘Mujer Surrealista’ fotografiada desde atrás, o en circunstancias en las cuales la cara está escondida, con el fin de incrementar la atmósfera enigmática de su personalidad por el personaje principal de la película, ‘Jimmy’ (Salvador Dalí, ‘La Mujer Surrealista’: escenario no publicado de los Hemanos Marx, 1937, reproducido en R. Descharnes, Salvador Dalí, Nueva York, 1984, p. 158). Para Jimmy, así como para Dalí, la Mujer Surrealista personifica un ‘mundo de fantasía, sueños e imaginación’; sus amigos son Harpo, Groucho y Chico Marx. En El Piano Surrealista, la Mujer Surrealista está abrazada al piano que simultáneamente sirve una primavera sagrada llenando un lago, mientras en lo alto de la imagen, en una escena que anticipa el tardío trabajo de Dalí en la película de Hitchcock Spellbound, un paisaje en el cual una figura solitaria y sombras largas y misteriosas se extienden abruptamente hacia un horizonte.
Recordando pinturas más tempranas como 3 Jóvenes Mujeres Surrealistas Sosteniendo en sus Brazos las Pieles de una Orquesta de 1936 y Fuente Necrofílica que Fluye de un Piano de cola de 1933, El Piano Surrealista, con su abrazada pareja encontrándose en el unto de un pool en forma de violoncelo y un piano de cola que se disuelve, son ambos un típico paisaje de ensueño dalineano, y un raro testamento a la breve pero fascinante colaboración entre dos de las más imaginativas imaginaciones surrealistas del siglo XX.
‘Y en la Quinta Avenida Harpo Marx ha alumbrado un fusible que proyecta desde atrás de una multitud de caras jirafas rellenas de dinamita. Corren en todas las direcciones, sembrando el pánico y obligando a todos a buscar refugio sin ton ni son en los negocios. Todas las alarmas de incendio de la ciudad fueron encendidas, pero ya es tarde. Boom! Boom! Las saludos jirafas explosivas de Nueva York y a todos ustedes precursores de lo irracional - Mack Sennett, Harry Langdon, y a ti también, inolvidable Buster Keaton, trágico y delirante como mis monos podridos y místicos, rosas desiertas de España’ (Salvador Dalí, ‘Párrafo extraído de ‘Jirafas en Ensalada de Caballo’, en La Vida Secreta de Salvador Dalí, Nueva York, 1942, p.332).
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