Después de la fatality dada por Marcel Duchamp y su mingitorio a comienzos del siglo XX, los postulados de belleza se desmoronaron en el estático mundo del arte. Como proclamó Marcel “el gusto es el principal enemigo del arte”. Hoy en día se puede decir que esta frase no es para nada errada. Ciertas expresiones artísticas contemporáneas llegan a límites impensados por los humanistas del Renacimiento: automutilación, cirugías, violencia explícita, etc, etc, etc.

Umberto Eco, gran crítico literario, novelista, semiólogo y filósofo italiano, nos presenta en este libro suntuoso repleto de imágenes de alta definición y calidad, la historia de la belleza, como su título lo indica, desde las primeras civilizaciones hasta la actualidad.
Es curioso ver cómo el ideal de belleza pasó de ser el principal atributo de una obra de arte a ser el de menor importancia. Pasando por ser la bella proporción, el número áureo, la correcta disposición del espacio en la composición y más, hoy es un valor bastante venido a menos. Con la llegada del arte conceptual, a partir del cual es más importante el concepto que lleva a la obra que la obra en sí misma, valores primordiales pasaron a ser el alcance que logrará la obra al concepto buscado más que el nivel de belleza que contenga.